REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Ningún buque se atreve a anclar en puertos ucranianos del mar Negro para cargar granos después de que Rusiadejara de garantizar un corredor seguro y bombardeara instalaciones exportadoras, provocando un fuerte aumento de los precios agrícolas en los mercados europeos.
Dos días después de que Rusia se negara a reconducir el acuerdo sobre las exportaciones agrícolas de Ucrania, que permitió la salida de cerca de 33 millones de toneladas de granos en un año, los mercados comenzaron a reaccionar.El precio del trigo blando cerró con fuertes subidas el miércoles, hasta 253,75 euros por tonelada en el mercado Euronext, sumando 8,2% durante la jornada, tras la intensificación de los bombardeos rusos en Ucrania.
Los precios volvieron así a su nivel de principios de abril, reaccionando a la escalada del conflicto tras la suspensión del corredor marítimo para transportar cereales y la amenaza de Moscú contra cualquier barco que vaya a Ucrania, considerado a partir del jueves como «potenciales buques de guerra».
El lunes el mercado apenas se había hecho eco de la noticia del cierre de esta ruta marítima, que en su momento proporcionó la mitad de las exportaciones ucranianas, según Andreï Sizov, de la firma SovEcon.
Pero tras los ataques aéreos rusos contra Odesa y Chornomorsk, dos de los tres puertos ucranianos del corredor, y las noticias de que las aseguradoras «suspendieron la cobertura» de los riesgos en el mar Negro, la preocupación aumentó, señaló Damien Vercambre, corredor de Inter-Courtage.
INCERTIDUMBRE
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó este miércoles a Rusia de apuntar «de manera deliberada» las infraestructuras utilizadas para la exportación de granos por el mar Negro.
Los bombardeos destruyeron 60.000 toneladas de granos en el puerto de Chornomorsk, según el ministerio ucraniano de Agricultura.
Zelenski dijo el lunes que estaba decidido a continuar las exportaciones marítimas, pero Rusia advirtió de los «riesgos» en el mar Negro, donde ya no había «garantías de seguridad».
«Con la intensificación de los bombardeos, Rusia no da ninguna oportunidad a que siga el corredor sin ella. El mensaje es muy claro y los mercados empiezan a asumirlo», afirmó Damien Vercambre.
El miércoles Ucrania propuso crear patrullas militares internacionales con mandato de la ONU para garantizar la seguridad de sus exportaciones de cereales a través del Mar Negro, según un asesor de la presidencia.
Pero Rusia advirtió que considerá como posibles buques militares a los que se dirijan hacia Ucrania.
Según Sébastien Poncelet, especialista en granos de la firma Agritel, «se abre una nueva página de incertidumbre en el mercado de los cereales».
No obstante asegura que «no estamos frente al choque que vivieron los mercados tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022», que impulsó el precio del trigo a más de 400 euros la tonelada.
Además, «los operadores ucranianos afirman tener capacidad para exportar hasta 3,8 millones de toneladas al mes por rutas alternativas: terrestre, ferroviaria y fluvial – a través del Danubio», señaló Vercambre.
Pero «estamos asistiendo a una escalada en este momento y podría continuar en las próximas semanas o meses», advirtió Andreï Sizov.
A este último no le sorprendería que los ucranianos «intenten interrumpir el transporte de grano ruso, como medida de represalia» a los ataques contra Odesa.
RIESGOS METEOROLÓGICOS
Hasta ahora, «era importante para Rusia preservar el corredor para proteger sus relaciones con Turquía y China», que compran una proporción significativa de sus exportaciones rusas y estaban entre los tres primeros países que se beneficiaban de las exportaciones ucranianas a través del corredor, señaló Michael Zuzolo, de Global Commodities Analytics and Consulting.
Pero, «las relaciones entre estos dos países y Rusia se han deteriorado» recientemente, sobre todo con la reciente luz verde de Turquía a la entrada de Suecia en la OTAN, añadió.
En su opinión, los precios mundiales no reflejan suficientemente los riesgos, dadas las continuas condiciones meteorológicas desfavorables en Estados Unidos y el sudeste asiático.