El desorden del tránsito en Santo Domingo Este no puede esperar más¡

Por/José Amador/director del Periódico Alta Gama

«Es un infierno conducir en Santo Domingo Este; está fuera de control. Es casi imposible conducir en las principales calles del municipio más poblado de República Dominicana. Los autobuses que se dedican al transporte de pasajeros son conducidos literalmente por animales sin ninguna educación. La carretera Mella es tierra de nadie. Los agentes de tránsito no tienen presencia y, si aparece uno, no hace nada para impedir el desorden. Aparte, hay miles de motocicletas en manos de personas sin ningún tipo de educación vial.

Simplemente, Santo Domingo Este es un desorden. Periódico Alta Gama hace un llamado al gobierno y a todas las instituciones encargadas de regular el tránsito a intervenir el municipio».

Conducir por Santo Domingo Este es, en palabras de muchos, un verdadero infierno. Las principales arterias del municipio, como la Carretera Mella, se han transformado en zonas de guerra donde las reglas del tránsito parecen ser una sugerencia más que una obligación. Los autobuses de pasajeros, frecuentemente conducidos de manera temeraria, zigzaguean entre los vehículos sin respeto alguno por las señales de tráfico o la seguridad de los peatones. Estos «animales al volante» —como algunos los describen— ignoran impunemente las normas básicas de educación vial.

A esta situación se suma el mar de motocicletas que inundan las calles. Conducidas muchas veces por personas sin ningún tipo de formación en seguridad vial, estas motos agravan el desorden y el riesgo de accidentes. La falta de casco, el exceso de velocidad y la práctica de zigzaguear entre los autos son comunes y peligrosas.

Uno de los aspectos más alarmantes del problema es la falta de presencia y acción efectiva por parte de los agentes de tránsito. Es una realidad que los ciudadanos de Santo Domingo Este rara vez ven a un oficial de tráfico cumpliendo con su deber. Y cuando uno finalmente aparece, su intervención es, en el mejor de los casos, ineficaz. Esta ausencia de regulación activa no solo permite, sino que fomenta, la anarquía en las calles.

La situación en Santo Domingo Este no puede seguir siendo ignorada. El caos vial no solo causa frustración y retrasos; también pone en peligro la vida de los ciudadanos. El llamado es claro: se necesita una intervención urgente y decidida por parte del gobierno y de todas las instituciones encargadas de regular el tránsito.

Cada día que pasa sin intervención es un día en el que la seguridad y el bienestar de los ciudadanos están en juego. Es tiempo de que el gobierno y las autoridades locales asuman su responsabilidad y actúen con firmeza y determinación. Solo así se podrá devolver el orden y la seguridad a las calles de este vital municipio.

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